La comunidad 26 de Julio; ubicada en el municipio de Jiguaní, Granma, Cuba; ha vivido de la actividad ganadera históricamente y se caracteriza por la gran popularidad de las cabras como fuente familiar alternativa de autoconsumo e ingresos. La población de cabras criollas, tradicionales en la región, al igual que en el resto del país fue parcialmente desplazada por el mestizaje con cabras de razas exóticas con excelentes resultados en principio pero la agudización de los problemas climáticos, con sequías cada vez más prolongadas y la pérdida del vigor híbrido de las primeras generaciones, propiciaron un deterioro en el comportamiento productivo de los nuevos rebaños, quienes a pesar de tener un mayor potencial productivo acumulado en sus genes, mostraron una inminente depresión al no poder expresar este potencial en un ambiente cada vez más adverso, donde se incrementaron los índices de mortalidad por una parte y se disminuyeron los índices reproductivos por otra.

A partir de esta problemática la población caprina total disminuyó desde 1990 en más del 50%. Teniendo en cuenta estos antecedentes esta área rural se convierte en el escenario ideal pera enfrentar el problema ambiental que motiva el presente proyecto que es la pérdida de la cabra criolla como recurso de la biodiversidad.

En Cuba se presentó en marzo del 2003 el INFORME DE PAÍS SOBRE LA SITUACIÓN NACIONAL DE LOS RECURSOS ZOOGENÉTICOS EN ANIMALES DE GRANJA a la FAO donde se declara a la cabra criolla cubana en peligro de extinción y ubica a la conservación in situ de estos animales como una de las prioridades nacionales. En Cuba, más del 70% de las cabras se concentran en la región oriental del país. En el caso de las cabras criollas, prácticamente el 100% de estas están en manos del sector privado, agrupadas en pequeños rebaños sin ningún control genético por lo que su desplazamiento por parte de genotipos exóticos continúa de forma indiscriminada y se manifiesta con tendencia evidente al incremento.

Con el presente proyecto se desea contribuir a la conservación de la cabra criolla como recurso genético declarado hoy en peligro de extinción por las instancias pertinentes nacionales e internacionales, especialmente en esta comunidad por su tradición en la cría y explotación de esta especie. Para lograr este objetivo se creará un rebaño núcleo de cabras criollas cubanas con 4 troncos genéticos y 150 reproductoras totales que incremente el genofondo controlado actualmente en el país. Además se desarrollará un programa de educación ambiental y capacitación que abarcará a criadores de cabras, mujeres y niños promoviendo un cambio definitivo en la conducta de los miembros de la comunidad hacia este recurso genético, adaptado a sus condiciones concretas por más de 500 años. Se iniciarán también acciones para el fomento de nuevos rebaños núcleos y el incremento de los genes criollos mediante la entrega de sementales a familias caprinocultoras.

El proyecto se desarrollará en una comunidad de tradición ganadera, donde la caprinocuoltura ha constituido una fuente alternativa importante para el ingreso y el autoconsumo familiar y la mujer generalmente se convierte en el actor directo dentro del marco familiar en el manejo de estos animales.